1 de septiembre de 1992
(21:34 p.m)
No me encuentro bien.
No me encuentro nada bien... Y cuantas más veces lo repito más mal
parezco encontrarme. El caso es, que tengo muchísimas ganas de
verle, pero... es eso lo que más me asusta. ¿Y si ya no está este
curso? Si echaron a Quirrell a saber por qué... ¿qué les impediría
hacer lo mismo con Snape? Ésta vez no me he sentado sola en los
compartimentos del tren. Estoy con Draco. Pero él está más atento
de Crabbe y Goyle, cosa que no entiendo, pero a la vez prefiero, ya
que ahora mismo, ni siquiera se ha fijado en que estoy escribiendo. Y
espero que siga siendo así porque no pienso enseñarle el diario
—Retiré la mirada un
momento de la página que estaba escribiendo, y me quedé embobada
mirando la ventana. ¿Cuánto quedaría para llegar a Hogwarts por
fin? La espera me estaba matando. ¿Qué haría yo si de verdad
habían despedido a Snape? ¿Y si él no me daba pociones éste
curso? —. ¡Maldita
sea! ¡Es que no es posible! ¡Estoy segura de que él no tuvo nada
que ver con lo que el profesor Quirrell hizo! Estoy segura de que él
es inocente... —mis
ojos estaban últimamente muy cansados, y es que apenas había
dormido esta última semana. ¿Conciliar el sueño con aquellos
pensamientos tan pesimistas? ¿Creyendo que no volvería a verle? El
tren se detuvo y un silbido que despertaría hasta al sauce boxeador,
hizo que abriese los ojos de repente.
—Levántate,
Lestrange. Ya hemos llegado.
Al menos me había avisado...
—Gracias
—dije mientras guardaba mi diario en los bolsillos de mi túnica y
me disponía a salir de allí—. Esto... Draco.
—¿Sí,
Lestrange? —dijo con aburrimiento.
—¿Crees
que Snape seguirá impartiendo pociones este curso? —me mordí la
lengua.
—Supongo
que sí, no lo sé, no soy adivino.
—Oh,
claro —tragué saliva.
—Estás
muy pesada siempre preguntando por Snape. ¿Cuántas veces tengo que
repetirte que no le gusta que le hagan la pelota?
—Sólo
era curiosidad... —fruncí levemente el entrecejo.
—Pues
guarda silencio, tenemos que coger los botes y no tengo ganas de
estar escuchando tu voz detrás de mi oreja.
Definitivamente,
Draco Malfoy no era de lo más simpático y amable que tenía de
amigo, pero... al menos era algo. Subimos a los botes, y mis nervios
crecían todavía más, si es que eso era posible... Era de noche, y
el castillo estaba iluminado por las antorchas de fuera y las de
dentro del castillo. Un color anaranjado bastante cálido.
—Por
suerte este año no tenemos que tragarnos el discurso de McGonagall
—comentó Draco.
—¿Iremos
directamente al Gran Comedor? —inquirí.
—¿A
dónde sino? Era obvio, Lestrange.
Quizá
sí lo es... Pensé.
Pero lo único que realmente bailaba en mi mente, era Snape. Miles de
trozos de pergamino en los que permanecía su nombre escrito en un
color negro penetrante y profundo.
Al fin en tierra
firme. Me
deslicé con rapidez hasta Draco y me quedé tras su espalda,
siguiéndole en todo momento. Las puertas del vestíbulo se
acercaban, y con ellas las del Gran Comedor.
—Mira
tú por donde... Se me olvidaba que los de primero tienen hoy la
selección. Qué divertido —dijo Draco calentándose las manos.
—Deben
estar nerviosos... —le dije.
—Mira
qué estúpidos —comentó Crabbe señalando a unos cuantos de
primero.
—Son
como trolls —añadió Goyle—, trolls enanos y feos.
Mira
quién fue a hablar... Pensé.
—Tú
también fuiste uno de ellos hace un año, Goyle. Y lo sigues siendo
—me atreví a dejarle claro.
—Cállate
Lestrange —importunó Goyle con desagrado. Se le veía afectado. A
lo que Crabbe defendió:
—Si,
al menos él no se pasa el día haciéndole la pelota a Snape.
¡Snape!
Maldita sea... Se me había olvidado por un momento... Draco dijo
algo con una voz enfadada, pero yo estaba otra vez preocupada por lo
mismo, y por lo tanto, cualquier ruido que estuviera a mi al rededor,
se convertía en un ruido casi inaudible. Al fin llegamos al Gran
Comedor y bajé la mirada hasta llegar al medio del largo pasillo.
Apreté los puños mientras el corazón me bombeaba con más fuerza
que nunca. Draco me dio un codazo y con aquel gesto, levanté la
cabeza lo más rápido que pude hacia la mesa de los profesores.
—Ahí
tienes a tu Snape —dijo Draco bromeando—, podrás hacerle la
pelota cuanto quieras. Estaré encantado de ver cómo te echa la
bronca por ello.
Yo,
por el contrario no supe qué decir, creo que incluso temblé. El
verle de nuevo, allí sentado hablando con un profesor que no tenía
ni la menor idea de quién era, pero que en realidad era
intrascendente en aquel momento, sentí aquella sensación en mi
interior, volvía a sentirme llena por dentro. Parecería ridículo
si os dijera que incluso todo a mi al rededor se tornó diferente.
Las luces y su matiz se reflejaban con mayor nitidez. El aire y la
brisa tenía un ápice de calidez y suavidad. Mis mejillas
enrojecieron aportándome un calor que echaba realmente de menos. No
podía verme, pero aseguraba que mis ojos ahora estaban brillando
como hacía meses que no lo hacían. Me senté en la mesa de los
Slytherins, mirándole de reojo de vez en cuando. Sentí que alguien
me estaba acechando, pero no fue una sensación de peligro, sino de
bondad, así que mis ojos buscaron esa mirada que estaba siendo
partícipe de mi incomodidad
hasta
caer en los pequeños y centelleantes ojos de Albus Dumbledore. Me
miraba de una forma tranquila, con una sonrisa algo pícara. Parecía
saber exactamente lo que pensaba yo en aquel momento. Le devolví la
sonrisa, algo tímida, tenía ganas de hablar con él y de
preguntarle miles de cosas. Mis ojos buscaron de nuevo a Snape. Después de
tantos días sin verle, claramente lo único que me pedía el cuerpo
era mirarle y jamás dejar de hacerlo, así que eso hice, ésta vez
sin importarme que él me descubriera. Mientras no dejaba de mirarle,
ya me imaginaba cómo era el estar entre sus brazos, apoyar mi cabeza
en su pecho mientras él me acariciaba con ternura. Mientras podía
apreciar la calidez de las yemas de sus dedos surcando mis cabellos
que a su vez, eran como los suyos... de un color negro azabache.
Imaginando cómo sería el poder sentir los latidos de su corazón,
mientras mi testa reposa sobre su pecho y él me acaricia los
cabellos, hasta que cada mechón se enreda en sus cálidos dedos,
sintiendo la calidez sus yemas... Acogiéndome con sus brazos,
anidándome en su busto. Di un leve suspiro, que Draco interrumpió
volviendo a codearme.
—¿Te
has fijado? Ni Potter ni Weasley están por aquí incordiando —dijo
con un toque de sospecha y a la vez rabia.
Levanté
la mirada ya del todo, y busqué en la mesa de los Gryffindors.
—Es
cierto... —achiqué los ojos—. Sólo está Hermione...
—Granger
—aclaró Draco con descaro.
—¿Por
qué llamas a la gente por su apellido? —le miré achicando los
ojos y frunciendo levemente el entrecejo. De verdad me picaba la
curiosidad.
—Métete
en tus asuntos, Lestrange.
Me
encogí de hombros, esquivando la confrontación. La cena ya había
terminado, pero ni Harry ni Ron habían aparecido por allí. ¿Qué
demonios había ocurrido? No me hubiera parecido tan extraño si sólo
hubiera faltado uno de ellos, puesto que podría haber sido que éste
curso alguno de los dos no iban a estar en Hogwarts. Pero eso de que
ninguno de los dos apareciese por allí... Era demasiado extraño.
Caminé hacia el baño de las chicas para aclararme la cara y
cepillarme los dientes, y volví a mi sala común. Me tumbé en la
cama y me quedé mirando al techo con las manos pegadas y los dedos
entrelazados, sobre mi pecho.
—Por
fin en casa... —dije para mí misma. Cerrré los ojos y respiré
profundamente. A poco tiempo, me quedé por fin dormida.
Lo describiré en una palabra: PERFECTO. Sinceramente, no se me ocurre ninguna mejora ^_^ Ahora te respondo a la pregunta, pero te voy a decir lo mismo.
ResponderEliminar¡Oh! ¡Muchas gracias, Slu! Éste lo he hecho más corto porque técnicamente es el mismo día que el anterior capítulo y no quiero tampoco alargarlo mucho. A parte de que no podía escribir mucho más :3
Eliminar(bram) me as alegrado el dia
ResponderEliminar¿Alegrarte el día? o__O Bueno.. me alegra oír eso ^____^
Eliminar¡Holi! Realmente yo te veo un par de fallos en la construcción de las frases, pero son cosas muy nimias. Por lo demás está todo genial, como siempre ;).
ResponderEliminarEl comentario lo he visto ahora, que me he metido a leer el de Longbottom, pero ésto ya lo habíamos hablado por Skype xDDDD.
EliminarMe ha ENCANTADO, me gustó este capítulo, tienes razón (En unos comentarios más arriba) dijiste que este fue más corto, tal vez fue más corto pero MUY BUENO, a mí no me aburrió ;) Me gustó mucho.
ResponderEliminar¡Muchas gracias, Neville! ^^
EliminarMe alegro de que te haya gustado :3
Quizá ahora me ponga a escribir algo para la semana que viene y eso ^^
Maaaaaaaaaaybe.